La madre

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El Dios y la Diosa

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jueves, 2 de septiembre de 2010

el amor

Un sueño en castañas en cobija de almendras; el amor más pequeño más sutil aquel que se vierte de un pequeño gusto, al loco querer y como final trágico o muerte del hombre en lo más abierto de su género se contagia el amor, aquellas cuatro letras que separadas se podrían conjugar en variadas palabras de perdida etimología; pero no, fuimos castigados, no con la mortalidad o duda constante, no, fuimos brutalmente dejados abiertos a sentir el amor, sin duda su majestad la divinidad debe haber probado una gota de este sentimiento, para saber que todo lo mágico y bello se podría tornar sanguinario y monstruoso.
Que bellas poesías, filosofías o cuentos se pueden armar con la palabra esquizoide: amor; pero realmente es justo dar todo aquello mas intimo, mas inconsciente, que nos brota sin control, aquello que ni nosotros mismos sabíamos que existía, que estaba dentro de nosotros, y sin pensar lo entregamos por completo a ese otro ser o individuo que es parte nuestra, que ya esta fusionado combinado con nosotros en todo sentido, emocional, físico y cognitivo, aquel que dejamos pasaporte indefinido a las fronteras y los lugares más pequeños de nuestro cuerpo, que le dimos horas, semanas que incluso dejamos que los segundos fuesen años en nuestras memorias; para él, ella. Y hablar de lo que jugamos por ese amor; convirtiéndonos en seres apartados, olvidando por completo que existía un mundo y que pertenecíamos a alguna sociedad de este mismo, jamás nos acordamos estábamos ciegos, volvimos a creer en un trineo y cajas con cintas; ¿pero por que aquélla retro evolución? Si cuando vimos niños de Somalia en la otra caja, la que es utopía para ellos y los ojos de la realidad para nosotros, ¿seguimos pensando en el señor Claus?…
Amor, ese suceso químico ocultista instintivo de mortalidad es indudablemente un motor para el hombre, una forma de cuestionar a dios con esta otra parte “nuestra mitad perdida” esta sarcástica forma que tenemos los seres humanoides de alimentar el ego propio, de reafirmar lo que el reflejo nos muestra, muchas escusas y grandes murallas que contienen al amor en un pedestal intocable de duda, mas todos lo hemos evidenciado y vuelto a caer en el error; pero esto está bien, simplemente el amor es buscar los menos errores, aquel puede ser apropiado de sentir, un negocio, que es lo que más conviene, pero hay un sinfín de cosas que tienen que calzar con el producto requerido. Qué pena pero creo que el amor esta para ciertas personas, el amor es clasista racista y tiene muchos detalles, no por sí solo, porque lo manchamos, lo ensuciamos día a día, primero la carcasa y luego el hombre.
Y yo. Amor; yo amo, con todo mis sentidos y con el alma, mas veo diariamente como se basurea el amor, como idiotas de ambos sexos juegan con él. El amor es un niño dañado con la carita llena de barro y con una herida que fluye, solo las lágrimas apaciguan el dolor y detienen a ratos la hemorragia.
Cuidemos el amor, por piedad cuidemos nuestro futuro y el de los que nos rodean. Y por sobre todo demos una mano a aquel niño…
Sir Monzón

la mas grande de las hippies

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unica, jamas imitable